Me
hubiera gustado, como a todos, volver del covid-verano a la vieja
normalidad, ya que la nueva de “normal” tiene lo justo.
El
Covid 19 ha provocado una intensa crisis mundial, aunque los augures
económicos prevén que en pocos meses se alcancen niveles de
diciembre de 2019. El número de muertos por Covid19 es infinitamente
inferior al de otras enfermedades como la difteria, la malaria o el
Ébola. La diferencia básica es que afecta a los países
desarrollados y ha colapsado sus economías. Por ello se ha hecho la
mayor inversión de la historia en ciencia e investigación y las
vacunas llegarán antes de que finalice la pandemia, algo que no
sucedió en las anteriores pandemias de coronavirus en Asia.
Parte
del equipo que desarrolla la vacuna en China se formó en España en
el CIMA de la universidad de Navarra investigando para la vacuna del
SIDA. El Covid comenzó allí tres meses antes, y su tipo de vacuna
se prevé que sea una de las más fiables de las que se desarrollan.
Si consiguen sacarla adelante con éxito será otra muestra más del
liderazgo tecnológico mundial de China, igual que sucede en
Inteligencia Artificial, digitalización o renovables. El país
además tiene gran capacidad para producir y lo hacen a márgenes
menores que las farmacéuticas europeas y americanas. Por lo tanto,
inundarán el mercado mundial de vacunas.
AstraZeneca
y Moderna también van avanzados, y Pfizer y Johnson and Johnson
también afirman estar preparados en breve. Los virólogos estiman
que la próxima primavera buena parte de la población de los países
desarrollados -los que tienen dinero para pagarlas- estarán
vacunados. En los países menos desarrollados el covid será un virus
más.
Debido
al virus en 2020 el mundo sufrirá el primer retroceso de nuestro
indicador de Desarrollo Humano desde que se publicó hace tres
décadas. Por ello los países deberían reforzar sus programas de
cooperación al desarrollo para evitar otra crisis de la deuda
mundial como la de los años ochenta en los países emergentes. Está
claro que si queremos mitigar la emigración africana a Europa hemos
de ayudar en el desarrollo de sus países y, ahora además, de su
vacuna.
El
turismo será el sector más afectado y el que tenga una recuperación
más lenta. Aunque la probabilidad de infectarte y ser hospitalizado
o morir ahora es menor que en marzo, el riesgo es tan extremo que
sólo se suele asumir para bienes de primera necesidad y el turismo
no lo es. Los turistas internacionales ven cómo España vuelve a ser
el país con más contagios de Europa y retrasan su viaje.
Una
depresión se produce cada muchas décadas. España lleva dos
seguidas en doce años. En 2009 el turismo y el automóvil fueron los
sectores que permitieron absorber el exceso de empleo de la
construcción de viviendas. Ahora el turismo es el sector más
afectado, la construcción de viviendas sigue bajo mínimos y el
automóvil en medio de una profunda reconversión provocada por el
coche eléctrico y la robotización, y será un sector que reducirá
empleos en los próximos años. Hay que buscar nuevos sectores y son
los que prioriza el Plan Europeo: digitalización y economía
circular. España se juega el futuro del empleo y de sus salarios con
ese plan.
El
Gobierno ha publicado su déficit del primer semestre que fue del
6,5% del PIB. Teniendo en cuenta que enero y febrero fueron meses
normales el déficit sería equivalente al 8,5% del PIB y anualizado
sería del 17% del PIB. Abril y mayo fueron los peores meses de
recaudación y gasto en ERTES, y el déficit en el segundo semestre
será inferior. Pero estará próximo al 13,5% que te anticipé en
marzo y muy por encima de las previsiones del Gobierno.
Moncloa
trabaja en el plan presupuestario que enviará a Bruselas para
conseguir fondos del Plan Europeo. Con este agujero fiscal se
entiende que haya filtrado que congelará el sueldo de los
funcionarios y las pensiones. No obstante, tanto el PSOE como Podemos
han hecho mucha demagogia con este tema y ahora tendrá coste
político tomar la decisión. El IPC en agosto cayó 0,5% y los
modelos anticipan inflación próxima a cero a final de año.
Racionalmente no tiene ningún sentido subir pensiones y salarios de
funcionarios, pero la política cada vez es menos racional y más
emocional.
La
deuda pública acabará este año por encima del 120% del PIB y
seguirá creciendo varios años hasta situarse por encima del 130%
del PIB. Esta será la mayor vulnerabilidad en España durante muchos
años. El crecimiento de la productividad, del empleo y de los
salarios parece que tendrá que venir por la inversión privada, o no
vendrá.