Lula
ha revitalizado a la oposición brasileña. En contra de los que
apostaban por un tono conciliador volcado al centro, el recién
excarcelado Lula apostó, este fin de semana en el Congreso del PT (
Partido de los Trabajadores), por reforzar el perfil de izquierda
dura para hacer oposición al Gobierno del ultraderechista Jair
Bolsonaro.
Este
era su primer discurso claramente político tras recuperar hace dos
semanas la libertad, gracias a una decisión del Tribunal Supremo que
estipula que los condenados solo debían ir a prisión cuando se
hubieran agotado todos los recursos, que afectó a unos cinco mil
presos.
La
puesta en libertad de Lula ha dado visibilidad a una izquierda que se
mantenía silenciosa mientras Bolsonaro y sus ministros dominaban la
escena pública con sus decisiones y declaraciones.
Aunque
las dos condenas que pesan sobre él impiden que Lula sea candidato,
el PT confía en que el Tribunal Supremo anulará sus condenas por la
supuesta falta de imparcialidad del tribunal que lo juzgaba, cuyo
juez, Sergio Moro, cesó en la judicatura para pasar a ser Ministro
de Justicia con Bolsonaro.
La
diputada Gleisi Hoffman, reelegida como presidenta del PT durante el
Congreso del partido, declaró que la izquierda se encuentra lista
para hacer frente al Gobierno de Bolsonaro.
Sin
embargo, la izquierda y Lula tienen importantes obstáculos ante sí:
los casos judiciales que Lula tiene pendientes, su edad y, sobre
todo, el rechazo del pueblo hacia el Partido de los Trabajadores,
debido a los casos de corrupción y a la recesión en la que entró
el país en los últimos años del mandato de Lula.
Además,
aunque el PT tiene el mayor grupo parlamentario, con el 10% de los
escaños, necesita aliados para ganar las elecciones. Una alianza
parece ser la estrategia que Lula planea en este momento, aunque la
clave será si el PT mira a la izquierda o al centro en busca de
aliados ante las elecciones municipales del próximo año, antesala
de las presidenciales de 2022.
Por
otar parte, recordemos que el presidente Bolsonaro presentó el 22
de noviembre, la semana pasada, su propio partido: Aliança pelo
Brasil (Alianza por Brasil). En el manifiesto de la formación, que
remarca el perfil de extrema derecha, nacionalpopulista y cristiano
que le llevó al poder, promete “librar [a Brasil] de los matones,
expertos, demagogos y traidores que engañan a los pobres e
ignorantes”.
Bolsonaro
abandonó el Partido Social Liberal (PSL), al que se afilió para
presentarse a las elecciones presidenciales que ganó hace poco más
de un año, debido a la rivalidad que existía por controlar los
fondos del partido y a la investigación abierta contra altos cargos
del PSL por haber creado candidaturas fraudulentas de mujeres para
cumplir las cuotas legales y quedarse el dinero público que
conllevan.
Sin
embargo, esto quizá suponga una ventaja para la oposición, ya que
no está claro que Aliança pelo Brasil logre cumplir con los
trámites necesarios para presentarse a las elecciones municipales
del próximo octubre de 2020.
By LFP