La
Asamblea Legislativa de Bolivia aprobó por unanimidad la ley que establece las
condiciones para la realización de unas elecciones sin Evo Morales ni Álvaro
García Linera, expresidente y exvicepresidente respectivamente, que se
encuentran en México, donde pidieron asilo político.
La
ley ratifica la prohibición constitucional de que los candidatos que ya han
sido reelegidos una vez se presenten al mismo cargo, lo que inhabilita a
Morales y García Linera, un punto muy importante para el oficialismo y los
movimientos “cívicos” que lo respaldan y que lucharon por el derrocamiento del Gobierno de Morales.
Aprobada
con los votos del Movimiento al Socialismo (MAS) del exmandatario Evo Morales,
la ley señala que los comicios deben realizarse en algo menos de cinco meses. Con
ella se espera acallar las protestas contra la presidenta interina Jeanine Áñez.
Los
líderes de la revuelta contra Morales, los dirigentes cívicos Luis Fernando
Camacho y Marco Pumari han sugerido que se presentarán a las elecciones como
candidatos a presidente y vicepresidente, respectivamente.
Carlos Mesa, principal
candidato opositor en las elecciones del pasado 20 de octubre, declaró que la
ley recién aprobada anula los pasados comicios, en los que se denunciaba fraude
electoral. Dicha denuncia inició la crisis política que derrocó a Morales y que
todavía continúa.
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