Ayer martes por la noche una mayoría de 328 diputados, frente
a 301, respaldó una moción para debatir este miércoles mismo una iniciativa
legal cuyo propósito es evitar una salida de la UE sin acuerdo. La rebelión de
21 diputados conservadores, a los que Johnson acusó de atar sus manos en
Bruselas y amenazó con expulsar del partido, ayudó a sacar adelante la
resolución. El primer ministro respondió anunciando que prepara la propuesta de
adelantar elecciones si Westminster gana este miércoles el pulso.
Johnson comenzó su intervención de ayer por
la tarde con energía, pero la terminó entre respuestas esquivas,
comprobando la firmeza del sistema parlamentario
británico cuando ve amenazadas sus atribuciones. Westminster aprobó a última hora de
la noche una moción para arrebatar al Gobierno su facultad de fijar el orden
del día, impulsando a continuación, este
miércoles mismo, una resolución legal que obligará a Johnson a pedir a Bruselas
otra prórroga de tres meses en la fecha del Brexit -previsto para el 31 de octubre- salvo que alcance antes un acuerdo.
El Primer Ministro utilizó todas las estratagemas legales y parlamentarias a su alcance para intentar evitar que el Parlamento pudiera imponer un nuevo aplazamiento del Brexit :no dejó de insinuar (sin ninguna evidencia,
que estaba a punto de alcanzar un acuerdo con la UE, forzó a la reina a imponer
una suspensión de la actividad parlamentaria de cinco semanas para dejar sin
tiempo a sus detractores, advirtió que expulsaría del grupo parlamentario a los
diputados conservadores que se sumaran a la rebelión y, finalmente, amenazó con
adelantar las elecciones generales para esquivar cualquier decisión del
Parlamento en contra de su estrategia.
Sin embargo, lo único que consiguió
con este pulso creciente fue unir a sus adversarios y reafirmar la convicción
de algunos diputados conservadores de que debían poner por delante los
intereses del país a los de su propio partido. Fueron 21 los conservadores
rebeldes que votaron contra el Gobierno para frenar a Johnson.
Philip Hammond, el exministro de
Economía del Reino Unido y uno de los líderes de la rebelión tory, le pidió la tarde del
martes que explicara detalles concretos de los supuestos avances de los
acuerdos con Bruselas de los que Johnson alardeaba. Hammond nunca había sido
radical en sus planteamientos, pero con la ventaja de un conocimiento real de
las perspectivas económicas del país, ha peleado en todo momento contra la
posibilidad de una salida de la UE desordenada. Junto con otros conservadores
moderados, acudió este martes a primera hora a Downing Street para escuchar las
explicaciones de Johnson y, según informaron los medios británicos, la reunión
no terminó de manera amigable ya que Johnson les acusó de estar
favoreciendo con su actitud un futuro Gobierno laborista encabezado por Jeremy
Corbyn.
A día de hoy el futuro del Brexit
sigue siendo una incógnita.
by LFP
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