Los biólogos Michael Levin y Douglas Blackiston y los expertos en robótica Josh Bongard y Sam Kriegman han usado dos tipos de células de la rana de uñas africana y un superordenador para simular miles de agregados celulares de diferentes formas e intentar predecir su comportamiento. El resultado de más éxito es una máquina biológica de medio milímetro con unos pocos cientos de células capaz de moverse en una dirección previamente determinada, empujar objetos e incluso transportarlos. Sin capacidad para reproducirse, se mantienen activos durante aproximádamente semana antes de disolverse.
Estos biobots constituyen una tercera clase de materia, ya que no son estrictamente organismos ni robots, y obligarán a biólogos y filósofos a replantearse varias cuestiones.
Financiados por el Departamento de Defensa de EEUU, se espera que en un futuro tengan aplicaciones médicas o medio ambientales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario