Los gobiernos buscan en Berlín solución al conflicto Libio

Hoy domingo se han dado cita en Berlín los gobernantes de las grandes potencias del planeta para intentar  buscar una solución pacífica a la situación de Libia. 

Tratarán de buscar un acuerdo para un alto el fuego eficaz y duradero, así como un compromiso de las grandes potencias para que se mantengan al margen del conflicto y  evitar la internacionalización del mismo. 

Por parte de Libia han llegado Fayez Serraj, que está al frente del Gobierno de Acuerdo Nacional en Libia y Jalifa Hafter, el mariscal del llamado Ejército Nacional Libio y considerado por parte del país como un criminal de guerra. 

El resto los participantes son: Vladímir Putin (Rusia), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Boris Johnson (Reino Unido), Emmanuel Macron (Francia), Ursula von der Leyen y Josep Borrell (Unión Europea), Mike Pompeo (Estados Unidos), Ghassan Salamé (ONU) y la canciller alemana, Angela Merkel, como anfitriona de una cumbre que se celebra en la sede del Gobierno alemán. 

La urgencia y la gravedad de la situación sobre el terreno libio, con el avance de las fuerzas de Hafter a las puertas de Trípoli, y sus temidas repercusiones sobre el delicado equilibrio regional y global, ha hecho movilizarse a gobernantes de todo el mundo. 

Los bandos libios –el Gobierno de Trípoli reconocido internacionalmente y las fuerzas de Hafter, que tiene bajo su control gran parte del país- cuentan con apoyos dentro y fuera de la región. Por un lado, al Gobierno de Acuerdo Nacional de Serraj lo sostiene la ONU en Trípoli y lo apoyan Turquía, Catar y la Unión Europea. Por otro, Rusia, Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, EE UU y Francia apoyan al mariscal Hafter, al que consideran capaz de estabilizar el país y frenar el yihadismo. En este contexto, Rusia y Turquía se han convertido en los principales países extranjeros  mediadores del conflicto. 

Libia, que perdió su estabilidad tras la caída del dictador Muammar Gaddafi en 2011, ha visto desde hace nueve meses recrudecerse los combates entre los grupos armados. Además, la falta de un solo gobierno que unifique el país bajo unas directrices claras ha propiciado que los traficantes de armas y personas aprovecharan el caos. Libia se ha convertido en estos últimos meses en una  plataforma de partida de migrantes ilegales desde el Mediterráneo, con destino a la UE. La mayoría de los observadores coinciden en señalar que el conflicto libio ha trascendido ya sus fronteras.