Mineápolis se despide de George Floyd, en el primero de una serie de funerales por Estados Unidos, ya sin incidentes violentos, ni toque de queda, pero con las lágrimas del alcalde y el resabio de una muerte injusta a manos de la policía que desató masivas protestas en todo el mundo. Una ceremonia, en la que el alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, lloró al pie del ataúd, y a la que asistieron, entre otros, el abogado de la familia Floyd y los reverendos Jessee Jackson y Al Sharpton, activistas proderechos civiles.Tras este funeral en Mineápolis, el cuerpo de Floyd será trasladado a Raeford, Carolina del Norte, su ciudad natal, para un velatorio público y un funeral familiar el sábado.
Durante la ceremonia, el presidente de la Universidad North Central anunció la creación de la beca "George Floyd" destinada a apoyar a jóvenes afroestadounidenses para alcanzar posiciones de liderazgo en la sociedad.
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