Tras la muerte de George Floyd, un afroamericano de 46 años supuestamente asesinado por la policía de Minneapolis el 25 de mayo en circunstancias dramáticas, las protestas contra el racismo se han avivado en EEUU. Marchas contra la discriminación y la desigualdad tienen lugar en las principales ciudades del país desde hace ya dos semanas. A pocos meses de las presidenciales, un Donald Trump más provocativo que nunca no consigue aplacar la ira del pueblo, que incluso se ha internacionalizado y se manifiesta fuerte y rotunda por todo el planeta.
En una conmovedora columna publicada por Los Angeles Times después de la muerte de George Floyd, uno de sus periodistas habló de los arrestos arbitrarios que había sufrido toda su vida. "A veces solo quiero vivir mi vida normalmente ", escribió L. Z. Granderson. La impunidad policial en EEUU ha sido ámpliamente denunciada por los medios de comunicación en los últimos años. En veinte años de servicio Derek Chauvin, ha sido objeto de diecisiete quejas sin que su carrera haya sido puesta en duda. Lamentablemente, su caso está lejos de ser "inusual" en la policía estadounidense.
El pueblo ha despertado de su letargo, y ni una pandemia puede detener sus demandas.
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