La
policía neozelandesa no tiene esperanzas de encontrar supervivientes entre la
veintena de visitantes atrapados en la erupción del volcán Whakaari, en la isla
de White. Unas cincuenta personas se encontraban en ella el lunes por la tarde
cuando comenzó la violenta expulsión de cenizas y rocas. Ya han sido confirmados
al menos cinco fallecimientos. Cámaras de seguimiento mostraban a un grupo de
visitantes cerca del cráter poco antes de la erupción, que lanzó una nube de
humo a más de tres kilómetros de altura.
En
los vuelos de reconocimiento posteriores a la erupción no se han identificado
señales de vida en la zona, por lo que se teme lo peor. La Primera Ministra, Jacinda
Adern, ha anunciado que se revisaran los protocolos de emergencia , pues hace
una semana se advirtió de la entrada del volcán en un período de actividad,
aunque señalando que no suponía un peligro para los visitantes.
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