martes, 31 de marzo de 2020

Era tan confortable la rutina- Covid-19

“La crisis es necesaria para que la Humanidad avance”, Albert Einsein 


“A mí no me gustan los cambios”, mi abuela. 



Parece un hecho que tras la guerra biológica llegará la crisis económica. Los gobiernos tratarán, cómo no, de evitar, suavizar o minimizar la duración de sus efectos. 

Ante todo, habría que hacer algunas consideraciones, señalando que el estallido de la tan temida recesión ya ha empezado y que se caracteriza por la velocidad y la cantidad de la corrección. Sin embargo, podemos afirmar que las actuaciones de las autoridades económicas han sido rápidas, lo que nos llevará a la larga a aminorar sus consecuencias. Por una parte, las políticas monetarias -FED, BCE y resto de Bancos Centrales - y fiscales  - destacamos USA y Alemania- llevadas a cabo hasta el momento parecen las adecuadas para hacer frente al panorama que nos acheza. Sin embargo, por otra parte preocupa que la volatilidad se sitúe en niveles superiores a los de la caída de Lehman Brothers. 

Se especula sobre si la recuperación posterior será en V o en U. Durante la semana pasada, parece que el mercado alcanzó cierta estabilidad por las políticas antes comentadas, las reiteradas caídas – que agotan a los inversores- y la esperanza – hay que tener esperanza siempre- de que ya esté cerca el final de la curva de contagios. Esto significará una disminución en el número de infectados, algo que Italia y España parece que están cerca de alcanzar. 

No obstante aún quedan datos nada halagüeños respecto al crecimiento de la economía, el desempleo, o los beneficios empresariales que se publicarán a partir de abril. Ahí podremos ver el impacto real del Covid-19 en las empresas. Por ello se esperan caídas selectivas de las cotizaciones en bolsa de las distintas compañías, según se vayan publicando los datos y cómo sean estos. 
Por el momento, y desde la expansión de la crisis sanitaria – finales de febrero- ningún sector ha conseguido recuperar las pérdidas. Influirá en el PIB, nada que no supiéramos. 
Además, con la confianza de los inversores por los suelos y los mayores datos de desempleo vistos en EEUU desde 2008, la incertidumbre y el pesimismo en las bolsas de todo el mundo es creciente. 

En estos momentos de máxima incertidumbre, el 80% de los españoles, según las encuestas, está muy preocupado por la crisis que se avecina y dos de cada tres trabajadores teme perder su empleo. 

España, que siempre ha salido de las recesiones con exportaciones tendrá de nuevo que esperar para ver lo que pasa en el resto del mundo y, sobre todo, en Europa para intuir la duración de la crisis. Quizá cuando el turismo vuelva.

#yomequedoencasa, 

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