Realmente se desconocen los datos fundamentales sobre el nuevo patógeno, por lo que no se puede estimar a ciencia cierta su progresión y, por lo tanto, las medidas necesarias para frenarlo.
Una de la mayores incógnitas es si es posible reinfectarse. La comunidad científica tiene cuatro casos documentados de personas que, entre una y dos semanas después de haber pasado el virus y haber dado negativo en los test PCR, volvieron a dar positivo. Sin embargo, los propios autores del trabajo admiten la existencia ocasional de falsos positivos, aunque repitieron la prueba varias veces. En base a esto, el plan de contención de la pandemia está condenado al fracaso.
Alivia saber que los ensayos con animales realizados por la comunidad científica China apuntan a que la reinfección no es posible, aunque el sistema inmune tarda en torno a un mes en aprender a desarrollar memoria inmune ante el virus. Por lo tanto, es posible que esos dobles positivos se deban a que el sujeto aún no habían desarrollado una respuesta inmune completa.
Para añadir incertidumbre, aún más, no se sabe el tiempo que dura esta supuesta inmunidad. Aunque lo habitual es que sea duradera tras la infección, algunos virus y coronavirus no siguen este patrón. Parece probable que las reinfecciones causen síntomas más leves y que los reinfectados sean menos contagiosos.
Según un estudio publicado por científicos del Imperial College, que colabora con la ONU en modelización de enfermedades, una supuesta segunda ola de contagios llegaría en octubre de 2020. La ola será más letal cuanto mayores hayan sido las medidas de distanciamiento social, ya que habrá más gente que no ha estado expuesta al virus.
Dado que las medidas de aislamiento se deben a la necesidad de evitar el colapso de los hospitales, es posible que en España se pudiera hacer un levantamiento progresivo de las medidas de aislamiento comenzando por las comunidades autónomas que no registren contagios durante unos 14 días. El problema es que probablemente con el levantamiento de las restricciones el virus puede volver a circular. En esta situación, los investigadores proponen marcar límites seguros de ocupación hospitalaria más allá de los cuales se volvería al aislamiento.
Otra de las grandes incógnitas es si la epidemia nos dará un respiro al subir las temperaturas. Aunque los coronavirus sobreviven más tiempo al aire libre en temperaturas bajas que altas, la existencia a día de hoy contagios tanto en países cercanos al Ecuador como en Groenlandia me hace desconfiar de esa esperanza.
Desde un punto de vista evolutivo los virus de más éxito son los más contagiosos, no los más letales. Los virus tienden, a base de mutaciones, a ser menos dañinos para que sus huéspedes los ignoren y así los diseminen. Sin embargo esto no es así en los coronavirus ya que mutan muy poco y por tanto son mucho menos cambiantes. Parece por lo tanto que su letalidad no se va a reducir. En Corea del Sur es de un 0,6%, en la provincia china de Hubei, donde comenzó el brote, es el 3,7%, pero en el resto de China es apenas el 0,8%. En España es el 4,2%, en Italia el 8,3%. La disparidad de cifras se debe en parte al número de tests que se hacen.
Un aspecto muy preocupante de la crisis en España es que el Ministerio de Sanidad no está aportando datos detallados por edad y sexo sobre los fallecimientos e infectados. En China, Corea, Italia, Francia y EE UU las autoridades informan de la edad y el sexo de los contagiados, los ingresados graves y los fallecidos.
Esta información es esencial para saber qué está pasando realmente en nuestro país y quién pertenece, en mayor o menos medida, a un grupo de riesgo.
Y aún hay gente que no se lo cree... #yomequedoencasa
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