El pasado lunes Ángela Merkel y Emmanuel Macron presentaron un plan de reconstrucción. Además realizó unas declaraciones que podrían resumir su forma de enfocar la salida de la crisis económica tras el parón que hemos vivido: “El estado nación no tiene futuro y para que a Alemania le vaya bien a largo plazo es necesario que a Europa le vaya bien.” Creo Merkel nunca había sido tan explícita en su apoyo al proyecto europeo.
Aunque era previsible, el pasado lunes la Economía y todos sus actores vivieron un momento de calma y alivio y los europeos de a pie asistimos a un momento histórico. El sueño de los fundadores de la UE parecía cumplirse: dos grandes países avanzando hacia la unión fiscal, el tesoro único y los eurobonos. Su propuesta es doblar el presupuesto europeo en los próximos tres años desde 2021 a 2024 y concentrar los fondos en inversión vinculado al Green Deal ya presentado por la Comisión: digitalización y sostenibilidad. Así pues, la Comisión emitiría deuda para financiarlo y ese sería el embrión de los eurobonos. Para acceder a los fondos hay que cumplir unas condiciones: Pacto de estabilidad, medidas de consolidación fiscal, reformas para aumentar el potencial de crecimiento y hacer sostenible la deuda a largo plazo. Los países pequeños, Holanda, Finlandia, Suecia, Austria..., ya han apuntado que no lo aceptan, pero el proyecto sigue adelante, aunque su rechazo suponga reducir la cantidad de la inversión. La mayoría de alemanes apoyan el Plan, según las encuestas, aunque el 80% de los votantes del partido fascista Alternativa y el 30% de los votantes de la CDU de Merkel lo rechazan. Merkel asume riesgos de nuevo y el resto de países deberíamos mostrarle nuestro apoyo.
Por otro lado, el BCE ampliará su programa de compras a pesar de la presión del Tribunal Constitucional alemán, aunque el discurso de Merkel alivia extraordinariamente esa presión. Esta ampliación permitirá que Italia y España se sigan financiando hasta el otoño. Hemos de recordar que el Tesoro público Español ha emitido 7.000 millones con tipos a 3 años al 0%, a 10 años al 0,71% y ha conseguido colocar bonos a 50 años.
En otro orden de cosas está el asunto de los Presupuestos del Estado. Llevamos desde 2018 sin unos presupuestos. Recordemos además que los de ese año se aprobaron en mayo y aumentaron el déficit estructural, como ha reconocido la Comisión Europea. Parece necesario presentar un plan de consolidación creíble a medio plazo para que la reducción del déficit en 2021 sea mínima y no ponga en riesgo la frágil recuperación económica.
Volviendo la mirada la turismo vemos que las pernoctaciones en hoteles en abril fueron cero, sin duda el sector se resentirá durante un largo periodo de tiempo. El Gobierno, con buen criterio, ha rectificado la cuarentena obligatoria de 14 días para turistas de fuera del país y ha declarado que en julio el turismo extranjero en España estará permitido. Faltan por conocer los detalles del plan que debe mantener nuestras playas como destinos seguros del Covid-19, identificar a los turistas que llegan con el virus para evitar que entren y mantener la pandemia en nuestras localidades turísticas bajo control. Este plan debería ser coordinado con Bruselas e igual para los países de los que recibimos turistas.
Hemos llegado al 25 de mayo y el futuro, aún incierto, es más halagüeño. La “nueva realidad” ha llegado para quedarse y no nos asusta. Saldremos adelante, acercándonos cada día a la armonía y la felicidad que nos pertenecen como especie.
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