En 2017 Irak declaró el final de la guerra contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI). Sin embargo, la lucha sigue con demasiados frentes abiertos. Por ello Irán ha anunciado el inicio de la operación «Leones del desierto», cuyo objetvo es acabar con las células durmientes que están lanzando en los últimos días ataques coordinados contra sus fuerzas de seguridad. El comité encargado del seguimiento de EI y Al Qaida informó el pasado febrero al Consejo de Seguridad de la ONU que las células durmientes del EI empezaban a reorganizarse en Irak y Siria.
Irak lleva cinco meses sin gobierno tras la renuncia el pasado mes de noviembre del primer ministro Adel Abdel Mahdi, debido a una ola de protestas en el centro y sur del país.
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