La política internacional de las últimas décadas no puede ser entendida sin el análisis de la participación activa de EEUU, que ha contribuido en el manejo de las grandes crisis de las últimas décadas. Sin embargo, este papel de liderazgo internacional al que nos tiene acostumbrados ha desaparecido. Lo que parecía en un principio una maniobra de China para adquirir relevancia tanto en su zona de influencia como a nivel mundial, se ha revelado como un total desinterés estadounidense por el liderazgo global.
Para Trump esta crisis sanitaria era una ocasión no sólo para ponerse al frente de la comunidad internacional sino también para reafirmar su papel como jefe del Gobierno de la nación ante la inminencia de las próximas elecciones presidenciales. En lugar de eso EEUU se enfrenta a la OMS, aviva la rivalidad con China y da la espalda a una Europa confusa y herida por el virus. Intentando resolver quizá los problemas de su propia casa Trump olvida que la búsqueda de una solución global es vital para la Humanidad.
Huelga decir que hace ya tiempo que la política exterior de EEUU desde la Guerra Fría se está poniendo en entredicho en el país, y tanto republicanos como demócratas abogan por realizar cambios significativos al respecto. EEUU ya parecía apagado y distante de los asuntos internacionales incluso antes de esta crisis sanitaria. Quizás se estuviera ya fraguando un nuevo rumbo de la política exterior estadounidense. Lo cierto es que Covid-19 marcará un nuevo ritmo en la Historia y quizá este sea uno de sus compases.
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