La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado el paquete presupuestario para los próximos siete años, que incluye un fondo de reconstrucción económica bautizado como pacto de la «nueva generación». Si es aprobado supondrá que el ejecutivo comunitario pedirá 750.000 millones para poder intervenir y ayudar a los países más perjudicados por los efectos económicos de la pandemia.
El fondo de recuperación contará con 560.000 millones, algo más de lo que sugería la propuesta franco-alemana, para proporcionar apoyo financiero dedicado a inversiones y reformas, sobre todo centradas en la transición energética y la digitalización de las economías europeas. El mecanismo se integrará en el esquema legal del llamado «Semestre Europeo», que incluye controles y recomendaciones específicas que deben cumplir los países. Si los países aceptan la propuesta 310.000 millones serán dedicados a subvenciones directas a proyectos aprobados por la Comisión y el resto, 250.000 millones, se destinarán a créditos.
Los fondos estarán disponibles para todos los Estados miembros, aunque la Comisión asegura que centrará su acción en los países y regiones más afectadas. La Comisión propone, además, añadir 55.000 millones de euros a los actuales programas de política de cohesión para ser usados por las regiones lo antes posible y durante los próximos dos años, en función de la gravedad de los efectos de la crisis. También pretende incrementar 40.000 millones de euros adicionales al Fondo de Transición energética Justa y otros 15.000 millones para el Fondo de Desarrollo Rural.
El resto del presupuesto comunitario para los próximos siete años se mantiene en los niveles acordados en las negociaciones en febrero. De este modo, los países no deberán aportar más fondos de lo previsto.
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