La economía que viene

La crisis del coronavirus continúa afectando al comercio internacional. Los datos de Europa del primer trimestre se prevén peores que los del tercero de 2019. Por lo tanto España, que concentra dos tercios de sus exportaciones en Europa, no parece que vaya a mejorar su crecimiento, aunque el INE lo estimara en el 0,5% del PIB. 

La subida de los salarios, muy por encima de la inflación en 2019, ayuda al consumo. Pero los datos del IVA, que supimos esta semana, nos revelan que el total de ventas aumentó el 0,2%, lo mismo que el trimestre anterior. Esto nos dice que la economía no se recuperará por medio del consumo. El panorama económico no es muy prometedor en el ecuador del primer trimestre, donde nos encontramos. Los datos de afiliación de enero a la seguridad social fueron más bajos que en diciembre y, como hemos dicho ya, la crisis del coronavirus, que ha repercutido en la economía europea en general, ya nos está afectando.

A todo esto hay que sumar la crisis del campo, que en el caso del aceite es aún peor. Esto es debido a que los cultivos intensivos, con regadío y más mecanizados, que se han generalizado en los últimos veinte años tanto dentro como fuera de España, han bajado los costes del olivar tradicional español un 30%. Además, Trump ha puesto aranceles al aceite español y EEUU es el tercer consumidor mundial y nuestro segundo cliente de exportación.
Otro asunto a tener en cuenta es que en Bruselas se están negociando los presupuestos. Se anticipa un recorte de los fondos agrícolas, por lo que la inquietud en el campo parece justificada. El Gobierno ya ha advertido que no llevará los Presupuestos al Congreso hasta que tenga los apoyos necesarios, léase ERC y PNV. Pero en Euskadi se han adelantado las elecciones y negociar los presupuestos sin saber quién liderará el País Vasco es más que complicado, así que todo parece aplazarse. El escenario en Cataluña es también incierto. Las elecciones han sido anunciadas pero no convocadas, por lo que la negociación de ERC con PSOE también parece que va a sufrir un parón.

La pasada semana Unidas Podemos anunció una renta mínima de inserción, pero la vicepresidenta, Nadia Calviño, declaró en una entrevista que estaría condicionada a cumplir los objetivos de déficit. Quizá, a la vista de la situación, haya que esperar.