El pasado miércoles 1 de abril, la Casa Blanca autorizó un gran despliegue militar en el Caribe y el Pacífico.
Una operación contra el narcotráfico en la que participan principalmente la Armada, la Fuerza Aérea y la Guarda Costera, a la vez que el país se enfrenta a la pandemia.
El dispositivo pretende reducir la llegada de cocaína, metanfetaminas, fentanilo y otros estupefacientes a EEUU. Para interrumpir tres de las principales rutas de la droga se han desplegado buques de guerra ante las costas de Venezuela y en el Pacífico.
Además, el mismo miércoles, el secretario de defensa, Mark Esper, declaró que tanto la duración de la operación como los efectivos que se iban a emplear estaban aún por determinar, e irían en función de cómo se desarrollara la misma.
Coordinados con el Comando Sur, con sede en Florida y encargado de dirigir la operación, se encuentran la Agencia Antidroga ( la famosa DEA ) y los departamentos de Seguridad Nacional y Justicia.
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